Cuidado De La Flor

Cómo cuidar de las rosas

Su hermoso olor, belleza y variedad. Hace que las rosas sean una de las flores preferidas de todo el mundo. Un jardín de rosas es inigualable. Sin embargo, al igual que la mayoría de las flores. Las rosas requieren ciertos cuidados especiales para poder florecer en todo su esplendor.

Así, que si estás pensando incluir rosas en tu jardín. Ya sea que tengas un enorme patio o simplemente pretendas tenerlas en pequeñas macetas en casa. Aquí te presentamos una serie de consejos para, que elijas las adecuadas según tus necesidades; y que además siempre estén siempre bellas y radiantes.

Variedades de rosas

Es importante saber que hay diferentes tipos de rosas y cada una de ellas tiene necesidades específicas. Ahora, existen muchas formas de clasificar las rosas, el sistema más común es el utilizada por la American Rose Society. El cual las clasifica de la siguiente forma:

Rosales híbridos de té: Se trata de el tipo de rosales más comunes. Son arbustos grandes y dan rosas de gran tamaño, usualmente de 30 a 50 pétalos y de una gran variedad de colores.

Rosales Grandiflora: Se le podría considerar como un grupo de la clasificación anterior pero con algunas características particulares. El arbusto es similar, las flores tienen el mismo número aproximado de pétalos pero son de menor tamaño y crecen de forma agrupada.

Rosales Floribunda: Son las más populare,s después de los híbridos de té. Este tipo de rosas florecen en grupos o racimos. Suelen florecer con más frecuencia que las mencionadas anteriormente y son más fáciles de cuidar.

Rosales Polyantha: Se trata de arbustos más compactos y espesos que los anteriores. Da rosas de tamaño pequeño que crecen en racimos.

Rosales Miniatura: Como su nombre lo indica, se trata de rosales muy pequeños y compactos. Dan rosas pequeñas que crecen en forma de racimos.

Rosales arbustivos: Este tipo de rosales es muy fácil de reconocer por su gran tamaño. Suelen crecer a alturas de hasta 2 metros y medio. Florecen más de una vez al año.

Rosales trepadores: Estos rosales tienen la particularidad de poder trepar por paredes, ventanas, etc. Pueden dar rosas de cualquier tipo y crecen idealmente en climas calurosos.

La maceta ideal

Si no cuentas con un enorme jardín también puedes crecer rosas en macetas. Para esto se recomienda, de entre los mencionadas anteriormente, elegir rosales de menor tamaño, como los miniatura, que se adaptan fácilmente a las restricciones de espacio.

Ahora, para elegir la maceta ideal es importante tener en cuenta tres características principales. Primero que nada el tamaño: es importante que las rosas suelen tener sistemas de raíces muy largos, por lo que entre más grande sea la maceta será mejor.

Otra característica importante es el drenaje. Las rosas necesitan ser regadas frecuentemente por lo que es importante que la maceta o el contenedor que elijas tenga agujeros que facilitan la salida del agua.

Por último el material, de nuevo, tomando en cuenta que tu rosal necesitará de mucha agua, será mejor que elijas una maceta adecuada para ello. Lo ideal será una de material no poroso que permita que se conserve mejor la humedad.

Frecuencia de riego

Para su crecimiento ideal, las rosas necesitan contar con tierra húmeda. Eso si, la cantidad y frecuencia de agua que debes poner, dependerá del clima y tipo de tierra que utilices.

Climas y tierras más secos, necesitará obviamente riego más constante.

Es importante tener en cuenta que al regar debes buscar siempre poner el agua directamente en la tierra y evitar hacerlo sobre las hojas. Debido a que el exceso de humedad en las mismas, podría causar que se enfermen fácilmente.

¿Qué tanta luz solar necesita un rosal?

Las rosas aman el sol y necesitan estar expuestas constantemente a él para poder crecer. Lo mejor es que estén en contacto directo con la luz solar de 5 a 6 horas diarias. Por lo que es mejor que estén ubicadas ya sea en exterior o en una terraza o ventana.

Es importante también, a la hora de ubicarlas, encontrar un lugar con una buena circulación de aire, esto hace que sean menos propensas a enfermedades.

¿Cómo podarlas?

Para asegurarnos de que nuestros rosales continúen creciendo es importante cuidarlos. Al principio puede ser intimidante cortar una planta sana. Sin embargo, el hacerlo le da vitalidad y una mejor forma al rosal,  permite que crezca más y reduce los riesgos de enfermedades por hongos al permitir que la planta se abra al flujo de aire.

El mejor momento para podar un rosal es en la primavera, justo antes de que este comience a florecer.

¿Qué hacer si debo transplantarlas?

Si te ves en la necesidad de cambiar tu rosal de maceta o lugar en el jardín, es importante tener cuidado para no dañarlo. Como dato importante debes considerar que el mejor momento para trasplantar un rosal es cuando su crecimiento está inactivo.

Además de elegir una maceta de buen tamaño que permita que entren sin problema las raíces y les de espacio para crecer. Lo ideal es, un par de días antes de transplantarlo, preparar la maceta con la tierra y abono necesarios. A la hora del transplante deberás hacer un agujero en el centro de la tierra suficientemente grande para que quepan cómodamente las raíces. Para sacar el rosal de su maceta, deberás cavar alrededor de la planta, con mucho cuidado de no tocar las raíces. Una vez desenterrada solo deberás ponerla en la tierra fresca con su abono y vitaminas ya añadidas. Ya en la nueva maceta deberás fijarla, taparla y regarla muy bien.

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