Cómo cuidar de tus orquídeas en casa
Las orquídeas son flores únicas y especiales. Su peculiar forma y belleza exótica hacen que sean muy apreciadas y consideradas por muchos como flores exclusivas. Pero ¿sabías que, hay 22,000 especies de orquídeas? Las orquídeas vienen en muchas formas y colores. Por lo tanto, existe una para cada gusto.
Los amantes de las flores en ocasiones, consideran un reto cultivar orquídeas en casa. Sin embargo, no tiene por que ser una tarea difícil, existen variedades de orquídeas que son excelentes plantas de casa. Si bien, estas flores sí tienen características distintas la mayoría de las plantas de ornato. Su cuidado no tiene que ser complicado, siempre y cuando sepamos ajustarnos a sus requerimientos.
A continuación, te presentamos una serie de recomendaciones para que te aventures a tener orquídeas en tu casa o jardín y logres que florezcan sanas y hermosas.
La maceta ideal
Una de las cosas más importantes a considerar al elegir una maceta para tus orquídeas, es que tenga el drenaje adecuado. Si bien, las orquídeas requieren de humedad, el exceso de la misma puede hacer que sus raíces se pudran y que tu planta muera.
Usualmente, las orquídeas suelen venderse en macetas de plástico, de barro o en contenedores de madera. Las ventajas de cada una depende del clima en que tu planta vaya a crecer. Las macetas de plástico pueden ser más útiles en climas fríos, ya que pueden ayudar a mantener las raíces de tu orquídea más caliente, mientras que las de barro se recomiendan para climas más cálidos ya que son más frescas. Por otro lado, un contenedor de madera con musgo en la base puede permitir un mayor flujo de aire, ideal para climas muy húmedos.
¿Cómo trasplantarlas?
Una de las características únicas de las orquídeas es que, a diferencia de la mayoría de las plantas de casa, estas no suelen en tierra, sino en musgo o corteza. En la naturaleza las orquídeas suelen vivir en climas húmedos y en su mayoría, crecen adheridas a la corteza de los árboles. Por lo tanto, a la hora de trasplantarlas asegurate de tener la mezcla ideal para que puedan crecer.
Es importante cortar las raíces marchitas o ennegrecidas, para posteriormente colocar la planta en su nuevo recipiente, previamente llenado con musgo. Tras fijar la planta, en el mismo se recomienda dejarla en un lugar cercano al sol, aunque no directamente expuesta y asegurarse de que mantenga su humedad idea.
Frecuencia de riego
La frecuencia de riego de las orquídeas puede ir desde varias veces a la semana hasta una vez cada par de semanas. Siempre variando en función del clima en el que te encuentres. A las orquídeas les gusta la humedad sin embargo, tampoco debes excederte. Lo más recomendable es observar tu planta y cada cuantos días, con cuidado poner tus dedos en la maceta. Si al extraerlos no sientes humedad, entonces tu planta necesita agua. Recuerda que es importante que el exceso de agua sea drenado de tu planta.
Otra forma de saber con mayor precisión cuánta agua necesitarán tus orquídeas es el nivel de humedad ambiental. El nivel de humedad para que las orquídeas florecen en todo su esplendor se encuentra entre 40 y 60%. Así que si te encuentras en un lugar con un nivel de humedad ambiente menor a 40%, deberás regarlas con más frecuencia. En este caso se recomienda usar una botella con spray para un riego ligero y diario. Por otro lado, si el nivel de humedad es demasiado alto podrías necesitar poner un deshumidificador, para evitar que crezcan hongos y bacterias en tu planta.
Luz Solar
Como la mayoría de las plantas florales, las orquídeas necesitan de la luz solar para florecer. Sin embargo, es importante que esta no les dé de forma directa. Por lo tanto, se recomienda ponerlas cerca de una ventana donde reciban la luz de forma fuerte pero indirecta. Idealmente, deben colocarse viendo hacia el sur o el este para asegurarnos de que reciban la cantidad suficiente de luz.
Temperatura
Aunque este puede variar dependiendo de la especia, la mayoría de las orquídeas florecen en climas tropicales. Así, su clima ideal ronda entre los 16 y 24 grados centígrados.
¿Cuándo fertilizarlas?
Durante su temporada de crecimiento se recomienda fertilizar las orquídeas al menos una vez al mes, para asegurarse de que florezcan sanas y hermosas. Es importante recordar que la fertilización reemplaza al riego, por lo tanto después de aplicar el fertilizante se debe omitir regarla por algunos días.
Durante los periodos de inactividad, se puede reducir la frecuencia a la mitad, hasta que comiencen a crecer nuevas hojas.
Poda
Tras caer las flores e iniciar su etapa de inactividad, es hora de podar tu orquídea para asegurarte que vuelva a florecer sana y fuerte la siguiente temporada.
Para podarlas debes seguir la espiga de la planta hasta ubicar el pseudobulbo, se trata de una parte engrosada del tallo que suele encontrarse justo encima del suelo. Entonces, deberás cortar la espiga lo más cercano al pseudobulbo posible. Es importante también cortar hojas y raíces enfermas, por lo general podrás darte cuenta de que lo están porque adquieren un color ennegrecido.
Eliminando plagas y enfermedades
Las orquídeas son plantas usualmente pequeñas, por lo tanto una forma sencilla y práctica de eliminar insectos y plagas es simplemente usando tu mano. Tras eliminarlos puedes poner un poco de agua con jabón para platos en las hojas, para evitar que los insectos regresen y matar a los que hayan podido quedar.