Consejos para cuidar de tu orquídea
Las orquídeas representan elegancia, estilo y belleza. Son el regalo ideal para aquella persona especial que consideras increíble, incluso si esa persona eres tú mismo. Como adorno, añaden vida y frescura a una habitación.
Sin embargo, para tu orquídea luzca bella y sana, es necesario proporcionarle una serie de cuidados importantes. Aquí te contamos cuáles son.
- Temperatura. La orquídea es una planta de origen tropical, por lo que los climas muy fríos (menores a 15°C) no le favorecen en lo absoluto. Procura colocarla en algún espacio donde el clima sea lo suficientemente templado (pues tampoco es ideal que rebase los 30°C).
- Humedad. Tu orquídea tampoco resistirá un clima seco. Necesita estar en un espacio con un porcentaje de 50% a 80% de humedad. Si no vives en una región con estas condiciones, puedes generar humedad rociando agua a las hojas con un atomizador, colocando recipientes de agua cerca de tu planta o teniendo todas tus plantas en un mismo lugar. Ojo, tampoco las encierres por completo con tal de generar humedad, pues la falta de ventilación podría ocasionar la aparición de hongos y enfermedades en tus orquídeas.
- Luz. Respecto a la iluminación, es importante que reciba luz solar abundante y durante muchas horas del día, pero siempre de manera indirecta. Si la luz no es suficiente, las hojas de tu orquídea se oscurecerán y, probablemente, no florecerá. Por el contrario, si recibe demasiada luz, tu planta podría deshidratarse y marchitar.
- Maceta. Un dato interesante sobre las orquídeas es que, en la naturaleza, sus raíces no crecen debajo de la tierra sino en los troncos de los árboles. Además, es en sus raíces donde realizan la fotosíntesis. Por esta misma razón, es importante asegurarte de que tu orquídea esté en una maceta transparente o lo suficientemente traslúcida para que la luz indirecta del sol llegue también a sus raíces. También puedes hacer pequeños orificios a la maceta (por lo que es mejor que sea de plástico) para que la tierra respire con mayor facilidad.
- Riego. Al igual que la mayoría de las plantas, si riegas demasiado y con frecuencia las raíces de una orquídea éstas podrían pudrirse. Por otro lado, a diferencia de otras plantas comunes en el hogar, para la orquídea no es suficiente que la riegues todos los días en pequeñas cantidades. La combinación perfecta es riego abundante (mucha agua) en espacios prolongados de tiempo (una vez a la semana). Así, tu planta no acumulará agua en las raíces pues tendrá suficiente tiempo para drenarla, y tampoco se morirá de sed. También se recomienda regar con agua de lluvia o agua filtrada.
Éstas son sólo algunas de muchas medidas que puedes tomar para cuidar y consentir a tu orquídea, pero sin duda son las más importantes y conforman las bases para poder implementar otros trucos (como usar fertilizantes o trasplantarla).
Si ya has tenido orquídeas en el pasado y no entendías por qué se marchitaban, ¡ahora lo sabes! Puedes darles una segunda oportunidad y ya verás que siguiendo estos consejos lograrás que tus plantas tengan una vida mucho más larga y feliz.